Si somos lo que comemos también somos lo que imaginamos. Os animo a diseñar nuevas fórmulas dentro de la gastronomía saludable, a indagar en lo auténtico, a probar sabores que confluyen en nuevas armonías… Y a elaborar los mejores menús  para que tengamos una vida larga y disfrutona.

María Fernández Longueira
Fundadora Blue Truffle

De Galicia, el respeto por el producto. De Berlín, la vanguardia y la ruptura de esquemas. Y de Barcelona, el cóctel del Mediterráneo: placer, saber que se puede comer sano y flipar en colores.

  • Una mesa con mantel blanco. Ese es el recuerdo que me acompañaba cuando empecé a darle forma a Blue Truffle. La idea de comida hecha en casa con productos de temporada; de Coruña como lugar de la infancia en la que ensayaba bizcochos con mi abuela, hasta entender que la repostería es una cuestión de física y química. Y el regalo que siempre pedía por mis cumpleaños: conocer un restaurante nuevo. Tengo presente los juegos y las juergas pero por encima de cada uno de mis recuerdos está el gusto por comer y el placer de cocinar.

    Por alguna extraña razón, a los 22 años me convertí en ingeniera. Y ello tuvo lugar entre Barcelona y Austria. Al acabar mi TFM, y como ejemplo sólido de mi generación, Berlín fue mi destino durante 4 inviernos.

  • Y mi primer trabajo fue un cafecito “fancy” cerca de Savignyplatz. Tenía tantas ganas de ser lo que no sabía que ya era que les dije: “Soy María, soy española, hablo idiomas y hago la mejor tarta de zanahoria del mundo”. Y así fue como empecé a construir una idea que, todavía hoy, forma parte de los mejores recuerdos de la década de mis veinte.

    La tarta de chocolate blanco con canela; el apple pie que hacía saltar las lágrimas, o la tarta soufflé de chocolate… «Inventos» que horneaba y que mi jefe aplaudió introduciéndolos como básicos en el portfolio. La satisfacción de terminar el día y que no quedasen ni las migas, me producía un subidón igual o mayor que al terminar la presentación de un nuevo lanzamiento. Pero claro, con 22 años lo disfruté sin darle el lugar en la categoría de lo oficial.

  • Entre estrategias y prototipos comencé a (r)evolucionar y descubrir que comer sano y mejor me hace más feliz. Aprendí a escuchar mi cuerpo y a entender que cuidarse significa vivir con una mayor calidad de vida, ahora y en el futuro. Con Blue Truffle quiero abrir posibilidades a quienes deseen experimentar y recrear nuevas recetas. Ayudar a elaborar desayunos “con estructura”, energética y colorida; comidas que aporten el “equipo” de proteínas y de sabores reales; o postres en los que lo natural ha sustituido al azúcar, haciéndolos ligeros y dibujando un escenario de nuevas sensaciones.

    Blue Truffle es también un proyecto construido a través de mis vivencias y conocimiento. De Galicia, el respeto por el producto. De Berlín, la vanguardia y la ruptura de esquemas. Y de Barcelona, el cóctel del Mediterráneo: placer, saber que se puede comer sano y flipar en colores.